Liderazgo e Inteligencia Emocional ante el Coronavirus II: Potenciar virtudes y puntos de mejora

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Liderazgo e Inteligencia Emocional ante el Coronavirus II: Potenciar virtudes y puntos de mejora

Potenciar virtudes y puntos de mejora es un modo de aplicar  liderazgo efectivo ante la situación de alarma, incertidumbre y reto que estamos viviendo en estos días. Liderazgo e Inteligencia Emocional ante el Coronavirus,  sabiendo que a mayor adversidad, mayor es el potencial de superación.

Así como en la pasada publicación de Liderazgo e Inteligencia Emocional ante el Coronavirus nos centrábamos en la comunicación y empatía, con aplicaciones prácticas de escucha focal y emocional y ejercicios de perspectiva –e incluso de toma de decisiones-, ésta vez vamos a enfocarnos en potenciar virtudes y puntos de mejora. Es decir, de un lado sacar partido a aquellas cualidades, roles, tareas, habilidades que de por sí se nos dan bien y, de otro, determinar modos de mejorar aquellas que bien por desuso, desconocimiento, falta de práctica o características personales no se nos dan tan bien –e, incluso, se nos dan fatal-.

Dar lo mejor de un@ mism@ y fomentar lo mejor en l@s demás, no significa ser perfect@. Implica poner nuestros recursos y habilidades al servicio de una finalidad, aprender del proceso en sí y de los errores propios o ajenos. Tratar de ser perfecto no sólo nos pone en un estado emocional de demasiada presión –por encima del estrés óptimo- sino que, además, nos dificulta desarrollar nuestros propios puntos de mejora, y, por lo tanto, nuevas habilidades.

En el actual contexto de crisis, el estado de alarma ante el coronavirus covid-19, es precisamente cuando mayor diferencial  podemos causar con nuestras decisiones diarias, sea cual sea el ámbito de aplicación. Bien sea en un@ mism@, en casa con la familia, en el ámbito profesional, en nuestra comunidad, como sociedad.. .

En el peor escenario imaginable, dejaremos que nuestros puntos débiles, ante este panorama de cambios drásticos e incertidumbre, se apoderen de nuestra toma de decisiones. Con justificaciones de “mil colores y formas diferentes” para abandonarse a “falsos refugios personales”. Y cada un@ tiene los suyos, no necesariamente son los mismos para tod@s. ¿De qué estoy hablando? Pongo ejemplos:

De que  la persona que tiende a procrastinar (dejar para “mañana” o “más tarde” aquello que no apetece), encuentre ahora nuevas justificaciones para seguir haciendo lo mismo.

De que quien tiende a enajenarse de quienes les rodean “refugiándose” en el trabajo, su habitación, en Netflix o en otros “inapelables motivos”, siga ahora haciendo ahora lo mismo.

De que nuestro lado obsesivo encuentre ahora nuevas distracciones en las que “estar ocupado” como podría ser la transmisión de información no leída –ya no digo contrastada-, la obcecación en lo difícil e incómoda de la situación que estamos viviendo o en insulto gratuito a quien se considera no está haciendo lo correcto.

En el peor escenario imaginable, somos rígidos, no hay adaptación, no hay cambio. Somos víctimas del contexto que nos rodea, y sólo nos queda la queja o el insulto. Estamos ciegos ante el aprendizaje, sin ver posibilidades de mejora en nosotros mismos. Tan sólo en los demás.

Por otro lado tod@s tenemos nuestro “lado bueno”, aquel al que apelo al aplicar liderazgo e inteligencia emocional ante el coronavirus: potenciar virtudes y puntos de mejora.

Potenciar virtudes y puntos de mejora: plantéate por un segundo qué se te da bien y qué no

Escuchar, construir, dibujar, inspirar, crear, cuidar, proteger, cocinar, tocar un instrumento, planificar, organizar, generar buen ambiente, analizar, dirigir, coordinar, trazar una visión, hacer deporte, aprender, bailar, sentir.. tod@s tenemos virtudes, cualidades que se nos dan mejor que otras. No obstante, en el contexto actual  de estado de alarma y confinamiento, seguramente nos veamos impedidos total o parcialmente para llevarlas a cabo. Normal. Peeeeero seguro que podemos encontrar maneras ingeniosas o creativas de adaptarlas al contexto que ahora tenemos a nuestro alrededor.

Tenemos la oportunidad de seguir ofreciendo aquello que somos capaces de hacer de manera adaptada, está en nuestra naturaleza humana.

2Potenciar virtudes y puntos de mejora: roles internos

Piensa en quien eres como un cúmulo de cualidades, características, gustos, emociones, pensamientos complejo, diverso y completo. Ahora trata de desagregar toda esa información en pequeñas partes de ti. Podrás identificar “partes de ti” como  por ejemplo -no tod@s estamos compuest@s de lo mismo- la parte tímida, la atrevida, la curiosa, la miedosa o precavida, la obcecada, la divertida, la justiciera, la sensible, la protectora, la conductora, laque lleva la contraria.. cada uno tiene sus partes, sus roles internos. Partes de nosotros que en función del momento y las circunstancias tienden a condicionar nuestros comportamientos. Podríamos hablar también de formas de ser.

El caso es que a algunas de ellas les damos más protagonismo que a otras en nuestra vida. Y de esas a las que damos protagonismo, algunas dan forma a alguna de esas virtudes de las que hablaba antes. Son roles internos que se nos da bien desempeñar.

Potenciar virtudes desde nuestros roles internos ante estas circunstancias críticas implica sacar de nosotros intencionadamente –a propósito de hacerlo- algunos de esos roles internos que se nos dan mejor, aunque la situación a nuestro alrededor ahora no sea la que naturalmente propicia que surjan esos determinados roles.

Por ejemplo, una persona que en situaciones profesionales es muy buena vendiendo, desde su rol interno “comercial”, puede ahora confinada en su casa proponerse potenciar ese rol interno de manera intencionada y sacar su parte comercial para “vender” a quienes están a su alrededor determinada emoción o perspectiva satisfactoria deseada por éstos. Se puede plantear como un juego o simplemente ofreciendo de manera adaptada virtudes personales. Es decir, seguir ofreciendo partes de ti que se te dan bien, con intención de hacerlo. Eso contribuye tanto a tu propio bienestar como al de los que te rodean, en eso consiste el potenciar virtudes desde los roles internos.

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Otras partes de nosotros no se nos dan tan bien. Son roles internos que puede que no tengamos muy por la mano, nos cueste darles vida aunque en el fondo tengamos ganas de hacerlo. Conozco muchas personas que quieren dar rienda suelta a su lado calmado y sin embargo les cuesta horrores hacerlo. Pues potenciar puntos de mejora en cuanto a roles internos tiene que ver con identificar, entrenar y desarrollar esas partes de nosotros que aunque no se nos dan bien, sabemos de antemano el potencial beneficio que nos brindarían dándoles mayor protagonismo.

Por ejemplo, una persona que pese a hacerse responsable de quienes tienen a su alrededor, pese a tener mucha iniciativa, tiene un rol interior de “cuidador” que le cuesta desempeñar. Sabe de antemano que le gustaría esa parte de sí misma, que le proporcionaría placer a sí misma y a quienes le rodean, pero no suele pensar en ello. Y por lo tanto su parte “cuidadora” queda siempre a la espera. Darle una oportunidad intencionada implicaría en esta persona dedicar o dedicarse 5 o 10 minutos a actuar desde esa parte de sí misma. Cuidándose a sí misma –de la manera en que se quiera- o a alguien a su alrededor. Eso es entrenarse en potenciar puntos de mejora, aplicando liderazgo e inteligencia emocional ante el coronavirus. Aprovechar este cambio en el panorama desarrollando roles internos que tenemos un poco abandonados.

Potenciar virtudes y puntos de mejora: roles externos

Los roles externos son roles generalmente asociados a una función, y por lo tanto,  más fáciles de observar desde el exterior. Ser madre o padre es un rol externo. Ser la jefa, el cocinero, la enseñadora, el conductor, la compradora o el arreglador son roles externos que podemos advertir observando partes más exteriores de nuestra manera de ser.

Desde el punto de vista de los roles externos, potenciar virtudes implica desempeñar funciones, acciones que generalmente tenemos asociadas a un contexto de normalidad y aplicarlas ahora en este contexto de confinamiento o estado de alarma.

Por lo tanto este ejercicio empieza planteándote que funciones se te dan bien, en general. Puedes pensar en distintos contextos: en casa, en el trabajo, en las relaciones, en cuanto a tus aficiones… Si siempre has sido un cocinillas, no hay mejor excusa que el confinamiento para dar rienda suelta a tu mejor menú. Si eres un organizador nat@ en el trabajo ahora es el momento de aplicarlo en casa y organizar ese dichoso armario repleto de trastos. Si uno de los roles externos que mejor se te dan es el de planificar, ahora es el momento de planificar las vacaciones del próximo año.

Es decir, potencia aquellos roles que se te den naturalmente bien y aplícalos a tu contexto actual.

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En cuanto al desarrollo de los puntos de mejora sobre roles externos partimos de la base de que lo habitual es que no todas las funciones se nos den bien. Seguro que hay roles externos que son ajenos para ti. Desde este prisma es momento de aprender cosas nuevas y probar nuevos hábitos. Tómatelo con calma, no hace falta que de la noche al día te conviertas en una persona completamente nueva, pero sí que te apliques de manera intencionada a adoptar funciones que normalmente no desempeñas, y le dediques un buen rato en tu día a día.

Se trata de abrirse a aprender, a practicar, desarrollar funciones que seguramente de antemano no nos aportan nada y entregarse a la práctica. En el peor de los casos te habrás entretenido haciendo algo que pocas veces antes –o nunca- antes habías hecho.

Para que quede claro pongo un ejemplo cotidiano. En casa podríamos cambiar los roles externos, las funciones que habitualmente cada un@ desempeña. Aceptar comer los macarrones con tomate y queso de tu hij@ adolescente, o que sea otr@ (al que habitualmente lo haría) el que pinte esa pared que hace tanto tiempo queréis pintar de blanco, o el que friegue el suelo o juegue a la consola o lea un libro.. se trata de desarrollar nuestros puntos de mejora desde el prisma de los roles externos, las funciones.

 

En esta publicación liderazgo e inteligencia emocional ante el coronavirus: potenciar virtudes y puntos de mejora la clave estar en abordar ese dar lo mejor de ti mismo y fomentar lo mejor en l@s demás, con intención. Para conseguir algo.

Se me ocurre que como finalidad común, compartida, seguramente tengamos la salud y la felicidad en estos tiempos de crisis. Centrémonos en ello.

 

Si crees que éstos ejercicio de Liderazgo e Inteligencia Emocional ante el Coronavirus sobre comunicación y empatía, no son para ti por tus circunstancias actuales, seguiremos con otros ejercicios y temas relacionados mientras dure este estado de alarma, temas como:

  1. Comunicación y empatía
  2. Iniciativa, disposición al cambio y resiliencia
  3. Inteligencia Emocional Aplicada
  4. Mentalidad positiva
  5. Gestión de niñ@s y adolescentes

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Pablo Lapuente coaching

Pablo Lapuente es Co-Fundador/Instructor en LIFE Leadership School  y La Escuela de Liderazgo by Edurne Pasaban, Formador y Coach especializado en PL Coaching Lleida en Liderazgo, Organizaciones y Relaciones e Inteligencia Emocional.  Guía de Montaña y de Piragüismo